Ayer, mientras regresaba de Abadía da Cova, e, incluso, en algunos instantes del almuerzo, intenté definir los perfiles de la melancolía diferenciándola de la tristeza. El asunto se complicó porque me resultaba imprescindible perfilar ambas categorías, y —creo— no es tarea ni baladí ni de complejidad menor. Al contrario.
Me pareció vislumbrar un sendero para el territorio de la tristeza, pero me resultaba excesivamente insólito y carente de solidez. Lo digo porque se me ocurrió que la tristeza, en cuanto sentimiento, derivaba de la experiencia del amor. ¿Qué quieres decir?, me pregunté a mí mismo, sin saber bien quién es ese mí mismo al que demando. ¿Cómo va a derivar la tristeza precisamente de la experiencia de lo opuesto a ella, que es el amor?. En ese instante me detuve y reflexioné que acababa de emplear la expresión “opuesto” y que, sin querer, penetraba, precisamente, en lo que define de manera mas evidente a esta manifestación: la dinámica de los opuestos.
Me detuve. Dejé que esa “idea” —por así llamarla— que vino a mí desde lugar ignoto, fermentara en mi interior antes de abordar su conceptualización. Pero no pude controlar mi mente, cosa que, por cierto, muy pocas veces consigo a pesar de haber experimentado con insistencia terca en la meditación. ¿Cómo se correlaciona la tristeza con el amor?, me preguntaba una y otra vez, sin ser capaz de descubrir una respuesta mínimamente coherente.
Decidí avanzar paso a paso. Una noche de aquellas en las que amé, se me ocurrió una secuencia: la Deidad creó a Dios, esto es, al Uno. Dios, al decidir la manifestación, se partió en dos, dejando como esencia de nuestra existencia terrena el principio de dualidad en aparente oposición. Los trozos de Dios se desparramaron por todo el tiempo y todo el espacio, ambos no infinitos ni eternos, sino inmensurables en nuestro estado actual. Cuando dos trozos de dios se encuentran se genera una fusión. No una union, sino un fusión en la que cada uno de ambos desaparece para fundirse en una realidad diferente. Esta idea es perceptible en el orgasmo, momento en el que no existe un sujeto que siente, sino un sentimiento tan poderoso, no solo en lo físico sino en lo espiritual, que elimina la artificialidad del sujeto para convertirse en un “sintiendo”. Cuando esa situación se consigue fruto de un acto de amor, se alcanza la experiencia mas sublime de cuántas la creación ha puesto a nuestra disposición.
Ya…pero…¿qué tiene eso que ver con la tristeza? Pues no lo se. Asumo con nitidez que la melancolía funciona desde fuera hacia dentro, esto es, desde una realidad exterior hacia el corazón del hombre, de modo que es esa realidad exterior, su carencia, su recuerdo, como se prefiera, la que genera melancolía en el interior
¿Y la tristeza? ¿Cabe acaso una tristeza desconectada de un acto exterior? ¿Una tristeza que nace y vive en el interior sin la menor correspondencia externa? ¿Es la tristeza verdadera un sentimiento que nace y muere en lo que el Maestro Eckhart llama el “hombre interior”?. Pues….
El hombre interior….. Eckhart tiene una frase de tremenda profundidad. “ser como era cuando no era”. Parece un galimatías y hasta un contrasentido. No. Su comprensión pertenece a otro plano diferente que el propio de la lógica formal.
Pues en el acto de amor, en el encuentro de dos trozos de dios, se pierde la subjetividad, es decir, se sitúa la persona en la manera en que era cuando no era. ¿Será entonces que la tristeza es el sentimiento que genera el regresar a ser como somos abandonando el amor, dejando de ser como éramos cuando no éramos?
No, lo se…Tal vez.
en said:
La tristeza surge de la felicidad insatisfecha por la ambición incumplida.
Cuando la ambición es llegar a ser… (pongamos cada uno lo que consideremos) y se llega, (por ejemplo supongamos la ambición de llegar a ser Presidente, que se cumple), la tristeza surge por la felicidad insatisfecha (esperaba ser feliz cumpliendo la ambición de ser Presidente y me doy cuenta que era mas feliz no siéndolo)
De ahí que surja la tristeza dejando de ser lo como era cuando no era
en said:
Esta bien el comentario, pero debe referirse a otra entrada porque nada tiene que ver con el fondo que se pretende transmitir en esta. En otro plano muy distinto está bien
en said:
Totalmente de acuerdo Mario.
Creo que el comentario refleja cierto disgusto respecto a circunstancias pasadas, pero no aporta nada aquí.
en said:
Tengo un hermano filósofo de carrera, con quien me gusta hablar sobre esto y aquéllo, en quien admiro la precisión de sus planteamientos y la facilidad metódica con la que los expone. Yo, seguramente por no disponer de las herramientas que le son propias a un filósofo, tengo una remolona tendencia a hacer una aproximación más literaria a todo en general, gustando de enfoques más poliédricos y caleidoscópicos que de los más cartesianos, terminantes y cerrados, que necesariamente han de propugnar los diferentes sistemas o teorías filosóficos.
Desde Sócrates, la principal ocupación mental del hombre, al menos en la cultura occidental, es el propio hombre y el entendimiento que de sí mismo, de su humana esencia, ha logrado acopiar a través de su peregrinación de certezas, como dice Mario, por este mundo.
Una de las mayores grandezas de la psique humana es su inabarcabilidad, si es que existe el palabro, sin embargo, creo poder estar en condiciones de afirmar que la constitución misma de su propia alma, en su mismo centro, está su dualidad y en ese debatirse entre lo uno y lo contrario transcurre la humana existencia, rubricada, eso sí, por la forma que cada quien tiene de estar en ella, de entender y posicionarse con claridad y sin ambages, ante las cuestiones capitales que la misma te plantea en tu viaje a su través y de compartirlos o no con los demás.
A medida que transcurre el tiempo en la vida de una persona, va tomando forma un proceso de maduración en el que determinados rasgos de su personalidad, tienden a predominar más que otros y es normal constatar cómo del subjetivismo egoísta, propio de la adolescencia, se vaya evolucionando hacia unas aspiraciones de trascendencia en el otro, que acaban por cristalizar en el núcleo social primigenio, que no es otro que la familia. Luego, la cosa se complica y la dinámica interna de la familia, se imbrica con la del grupo social en el que se desenvuelve y éste a su vez con otros, hasta conformar grupos sociales complejos con características definidas.
Pero si nos quedamos en el individuo, considerado como célula del sistema, su constitución dual es innegable y la amplísima gama de sentimientos que le asaltan al debatirse entre lo uno y lo contrario, forman parte de su propia esencia. Distinguir entre tristeza y melancolía, bajo mi punto de vista no deja de ser sino poner apellidos a la propia tristeza, como se le puedan poner a la alegría o a otros sentimientos, que tienen diferentes caras, colores y orígenes, que por supuesto, puede ser conveniente conocer, analizar y hasta controlar, pero con los que en cualquier caso hay que aprender a convivir y a dominar.
En lo que de ninguna manera puedo estar de acuerdo, es con la consideración de que la tristeza es inacción, miedo o apocamiento, muy por el contrario ( y a no ser que de tristezas patológicas, o destructivas estemos hablando e incluso con ésas debería intentar lidiar cada quien), la tristeza, con mucha frecuencia, es el puchero en el que se cocina la creatividad y es muy normal que tras una época de tristeza y natural abatimiento, surja otra de febril actividad reactiva y de frenética creatividad.
Todo ello, creo yo que forma parte de las dos caras de una misma moneda, que en frecuente pugna la una con la otra, nos producen sentimientos encontrados.
La cuestión, creo yo, habría de centrarse en cómo lidiamos cada quien con esa dinámica de contrarios, pues de lo que seamos capaces de hacer con ella, dependerá que nuestro paso por este valle de lágrimas, haya merecido la pena más, menos, casi nada, o nada en absoluto.
Sé que existen escuelas de pensamiento mucho más avanzadas y completas en sus postulados e interpretaciones de la realidad o las realidades concernientes a lo humano, pero dejado llevar de mi hechizo por la Roma antigua y por su aparente simplicidad, que sin embargo encierra una gran complejidad, me viene a mientes el estoicismo de Marco Aurelio, quien, lejos de la pusilanimidad que la ignorancia postrera quiso achacarle, fue un verdadero asceta en la búsqueda de la naturaleza de las cosas,( en ese peregrinar de certezas) de las personas, de las situaciones de vida para las que pedía un respeto sacrosanto y un esfuerzo de adaptación dignos de admiración, que por otra parte y de manera paradójica, enlaza con el pensamiento oriental . Aquel buen emperador, que fue el emperador bueno, tan solo escribió un librito, que se titula Meditaciones de Marco Aurelio, cuya deliciosa lectura, me permito recomendar por su aparente sencillez y su gran complejidad, pues todo lo abarca.
Curiosamente, el estoicismo propugnaba una vida de ascésis y búsqueda, en contraposición a su contemporáneo el hedonismo, que tan en boga estuvo durante su reinado y que tanto contribuyó a horadar los valores sobre los que se había cimentado el gran imperio romano.
Creo que no debiéramos huir de nuestros sentimientos, sino aceptarlos, controlarlos y convivir con ellos. Con la tristeza, sea intelectual, añoranza, pérdida, o desgarro, también.
Por cierto, mi segundo apellido es Porto y mi abuelo era natural de Villagarcía de Arosa, ergo, por lo menos una cuarta parte de la sangre que corre por mis venas, es gallega y lleva inscrita en su ADN, un algo de esa tristeza consustancial al paisaje y al paisanaje de aquellas tierras.
en said:
Cambio de ejemplo manteniendo el fondo de lo comentado…
Cuando la ambición es llegar a ser…(en este caso tomo por ejemplo llegar al amor eterno), y se llega cerca pero no se alcanza, la tristeza surge por la felicidad insatisfecha, derivada en melancolía por el recuerdo de lo que tuve cerca pero no perduro eternamente.
Al final, la tristeza surge de la felicidad insatisfecha por la ambición incumplida, y la melancolía llega de la felicidad que si hubiera sido satisfecha podría haber permitido la ambición cumplida.
Esa ambición incumplida puede ser material (antes comentaba la ambición del cargo), espiritual (el amor eterno), física (recuperar la salud que una vez tuve)…
Probablemente esté muy equivocado, pero no pienso estar confundido de entrada…
en said:
Estas acertado pero rotundamente confundido de entrada. Es un acierto pleno, en otro contexto que es igualmente válido. Pero otro. Nada que ver con este. En todo caso gracias sinceras por la aportación que es valiosa y adecuada a su contexto.
en said:
Gracias a ti. La fortuna de equivocarse nace de la oportunidad de expresarse.
Mis mas sinceras disculpas.
en said:
No es exactamente una equivocación en sentido estricto porque la proposición es correcta, solo que se corresponde con otro debate diferente. Gracias
en said:
No estoy tan seguro que lo planteado por Borja sea un asunto distinto, aunque quizás sí una fase engañosa del mismo problema.
El artículo alude intuitivamente a procesos de reunificación de lo separado. Intuición, en mi opinión, absolutamente bien encaminada. “Se pierde la subjetividad”, señala hacia el final. ¿A cambio de qué? Obviamente, de reconstruir la totalidad, o una metáfora de totalidad (en el caso de la unión amorosa). La tristeza surgiría, siguiendo esta línea, en la condena del individuo a su propia individualidad, sin posibilidad de trascenderla (y efectivamente, vista así surgiría del “hombre interior”, de la propia actitud, no de circunstancia alguna externa).
Pues bien, lo que plantea Borja es una vivencia bastante común en nuestro mundo saturado de proyectos de carrera, de autorrealización, de autoayudas, y demás maneras de egocentrismo. El individuo cree que la realización de sus objetivos individuales le traerá la felicidad, y mientras no los consigue plenamente, vive y lucha en esa creencia. En realidad un espejismo. Porque si admitimos que la tristeza surge del abandono del individuo a su propia individualidad, entonces será la tristeza, y no la felicidad, lo que le aguarda tras ese logro.
en said:
Nuevo intento (has conseguido que no deje de darle vueltas al texto de hoy durante todo el día, al resultarme realmente interesante)
En el despertar interior, se toma consciencia de que lo verdaderamente importante transciende la mente individual, trasciende a los pensamientos propios, logrando una plenitud y sentido de uno mismo que no depende de los resultados futuros, fluyendo la alegría en todo lo que se hace. El futuro y el pasado dejan paso a la importancia del presente.
En ese caso la tristeza es propia de la vida del no-despertado, al ser el pensante controlado por sus pensamientos sin llegar a toda la inteligencia que hay más allá de ellos.
en said:
Correcto el trascender la mente individual, el pensamiento. Pero eso sucede no a consecuencia de una reflexión, sino de una experiencia. El arrebato místico no derivada de un propósito de alcanzarlo. Desde el momento en que quieres conseguirlo ya lo pierdes. Esto decías en uno de tus comentarios anteriores y es correcto. Una vez que la experiencia implica la eliminación de la subjetividad, el propósito no cuenta. Gracias por el comentario
en said:
Efectivamente. Una experiencia casi siempre traumática que produce el despertar interior.
Gracias a ti. Ha sido un enorme placer la reflexión a la que me ha invitado el texto del fin de semana.
en said:
Es muy profundo lo que escribe, bueno casi todo lo que usted escribe hace profundizar pensar reflexionar. La tristeza siempre está ahí, al igual que el amor. Dentro de mi tristeza soy feliz por querer como quiero a una persona que sé que jamás me querrá como yo quisiera pero soy feliz.
Un orgasmo puede llegar a ser muy triste cuando no es creado con amor.
en said:
Hace algunos años en una genial revista de comic española ya desaparecida ley una frase dentro de una de las historias
que se me quedo grabada por su clarificante contradicción. Venia a decir algo así como ‘… Yo soy pequeño y formo a Dios, Dios es grande cabe dentro de mi…’ y es que probablemente una de las cosas mas maravillosas del ser humano sea nuestra capacidad para vivir dentro de una contradicción permanente, nadie quiere morir o matar pero todos los haríamos por un ser querido sin dudarlo.
Esa dualidad conforma nuestro carácter humano y probablemente sea la esencia de muchos de nuestros conceptos , a fin de cuenta los hemos definido nosotros, ¿ es completo amar sin ser amado?, probablemente no, si amas sin correspondencia sufres mientras que si eres amado sin corresponder te indignas. Al mismo tiempo los términos no hacen sino reflejar las realidades que experimentamos muchas de las cuales solo se perfeccionan cuando se funden con su complementaria. Ame y fui amado, la dualidad-única perfecta, si además hay orgasmos pues mejor que mejor.
Quizás los humanos seamos mas simples de lo que pretendemos.
en said:
Si entiendes que para ser completo el amor tienes que ser amado es que no consigues trascender el plano de la subjetividad. Es correcto en la inmensa mayoría de los casos, pero se trata, entonces, de un amor-humano. El verdadero amor, el superior, no reclama una conducta del amado. Pero ese tipo de amor, como te digo, pertenece a otro plano.
en said:
Salvando las distancias, dimensiones y planos, este post le ha traído a la memoria a Cláudio el galardonado filme “Volver a empezar” (1982) de José Luis Garci. En cualquier caso, Claudio no considera que leer -y tratar de comprender- a Eckhart sea lo más recomendable para evitar, con mucho estudio e introspección, el manicomio. Personalmente, Claudio no se lo recomendaría a un ser querido ni amado. Es su parecer; aunque, por supuesto y como no podría ser de otra manera: Que cada cual lea a aquél que le dé la Real o República gana.
en said:
“Ser como era cuando no era” implica en gran medida “resetear” nuestra persona hasta la máxima pureza. Desaprender los patrones que conforman nuestra supuesta personalidad. Desligarnos de las creencias que la civilización nos inculca como certezas. Y ahí quizás surja la tristeza: cuando intuimos que estamos viviendo una franja muy limitada e irreal de nuestra verdadera naturaleza, la Unicidad, que es nuestra identidad real y la fuente de todas nuestras experiencias.
en said:
Una vez alcanzada la experiencia de la unicidad, en efecto, el retorno a la fragmentación implica para quien la vivió un sentimiento extraño. ¿Tristeza? Puede ser. Santa Teresa acuñó aquella famosa frase de muero porque no muero, sentimiento que surge después de la experiencia de unicidad con el Amado.
en said:
El acto del pensar y del sentir , ambos pueden pertenecen a un inconsciente determinista o ¿realmente existe la conciencia?.Aún pareciendo esto alejado del tema , me interesa ver la expresión que subyace tras los escritos de las personas,el suyo o el de otras, como búsqueda de lo humano . Creo que el lenguaje esta sujeto a normas académicas para otorgarle significados a un concepto, pero el lenguaje esta en sí vivo.Cada cual adjetiva los términos con su sentir propio, el ámbito subjetivo, la experiencia vivida y su naturaleza material(química cerebral), sin salirse de ciertas parcelas que la sociedad otorga al termino, dependiendo de la naturaleza rebelde de cada persona ,lo interpretará en un sentido más o menos propio.Pero más allá de esa parte cerebral racional que determina o intenta definir lo que sentimos , el hecho de sentir se construye con anterioridad a ser racionalmente conscientes de ello,ese malestar que se genera por estar alejado de una plenitud o verdad .Para ser como era cuando no era, recuperar esa naturaleza de conciencia libre , de inocencia , de niñez ,de pureza, antes de construir el anhelo.Ese olfato que huele por primera vez la vida , que la siente nueva ,que no recuerda solo vive el ahora , que la menlancolia no es una posibilidad pues no se tiene conciencia del tiempo y apenas el yo esta configurado, ya luchará el ego por hacer la vida, en una búsqueda de aceptación anhelando el amor, se expresa en tristeza.Por tanto , debemos creer en la belleza y la bondad(así expresan la verdad los griegos), podemos despertar hacía la conciencia que subyace en cada uno de nosotros , nuestro verdadero ser. Yo aún creo en la conciencia , en que no somos autómatas, aunque la sociedad en la que vivimos nos configure de tal forma, creo en el principio de incertidumbre, en ese porcentaje cuántico que se da oportunidad a derrumbar lo estructural y dejar paso a la grandeza en lo pequeño.Sin tiempo y espacio , la naturaleza no es nostálgica ,todo es ahora, por lo que el caos de la relatividad desemboca en la unidad misma.La física cuántica esta en la búsqueda de dicha verdades, unir lo pequeño y lo grande, antes que nuestro raciocinio pueda desvelar ciertas verdades, ya dentro de nosotros se expresa esa verdad.
en said:
Sustancialmente de acuerdo con el comentario.Gracias
en said:
Como vivir mirando una luna triste
no es ella la que se expresa
sino el llanto de la verdad con su embiste.
Un pozo creado en el laberinto de luciérnagas
el tao lejos esta de cada una de ellas
cuando intentamos atraparlas.
Complace la generosidad de todas ellas
sin tocarlas ,aceptando entonces
la visión del movimiento.
Dignificando nuestra mirada
otorgamos de manera no calculada
la verdad tan anhelada.
Cuando el buen sentir llama ,
el reflejo de la luna se enciende
la nostalgia se apaga.
en said:
“Cuando el buen sentir llama ,
el reflejo de la luna se enciende
la nostalgia se apaga.”
No estoy muy seguro. En ocasiones, tras un buen sentir, quizás la luna se enciende, pero puede nacer la nostalgia que se encontraba apagada.
en said:
Pero la nostalgia ya es un sentimiento positivo.
en said:
El sufrimiento bajo mi punto de vista puede ser una puerta a la verdad , como esa naturaleza que corrige, pero es cierto , no siempre ocurre,en última instancia nuestra voluntad puede ser más fuerte y permanecer en la nostalgia. A veces uno se rinde a la belleza , cuando el alma esta inquieta y no lograr encontrar como llenar un pozo con todo el océano del mundo. Una grata oportunidad poder compartir opiniones en su blog.
en said:
Volvemos a casa…..
en said:
Curioso, muy curioso, precisamente estos días atrás he deambulado por esas ideas, preguntándome cuanto de tristeza habitaba en mi y cuanto de añoranza, o cuanto de melancolía, porque cuando crees sentir que eres como cuando no eras, o vives donde no viviste, algo te inunda, te invade, añoranza, tristeza, melancolía… no lo sé, pero sí reconozco esos recovecos, ese tránsito sin explicación, cuando te encuentras en estados en los que objetivamente todo está bien, todo fluye, todo adquiere por fin cierto equilibrio y sin embargo, tu yo interior se revuelve, se inquieta y te incita a meditar sobre la melancolía de lo que no está en este plano, pero añoras y te entristece sentirte tan huérfano en la humanidad del vivir… Tiene que ver con el amor? Sin duda, pero con el amor en su más pura esencia, desde la concepción de cómo éramos cuando no éramos.
en said:
Una persona me dijo una vez: Amar sin ser amado no importa, pues amar sin ser amado ya estás amando.
El amor más hermoso es el universal el que vuela por encima de nosotros sin poder controlarlo.
en said:
Si por amar se entiende realizar acciones altruistas, donde el fin de la acción es el bien de otra persona y no el propio, entonces no hay relación alguna entre eso y cualquier sensación emocional. Amar de verdad no tiene porqué tener “sabor” a nada. Y las emociones que identificamos con el amor pueden producirse sin amar en absoluto, porque al ser emociones agradables en sí mismas, se convierten en un fin en sí mismo donde el objetivo ya no es el bien de otra persona, si no el sentir esa emoción.
En cuanto a reflexionar sobre la relación conceptual de palabras parecidas, siempre ayuda investigar la etimología de cada palabra.
en said:
Para mi la nostalgia es positiva, al margen del significado etimológico (nostos:regreso-algos:dolor) , porque tiene una dirección aunque esta dirección sea hacia atrás, es normal que el recuerdo de vivencias plenas provoque esa sensación, si no fuese así sería indicativo de no tener memoria o de que nunca se sintió, las dos serían una mala señal. La melancolía (et. negro bilis) y la tristeza intrínseca, es más complicada porque se desconoce la causa, estás en un pozo, no puedes salir y la dirección es la depresión. Si estás nostálgico, la solución es revertir pero si estás melancólico y triste es porque en el fondo piensas que no es reversible que siempre va a ser así, que no tiene solución, una vivencia traumática a la que no le ves salida, emocionalmente hablando, pero sí la tiene. La solución es amar, no creo que estés triste tanto por haber abandonado el camino del amor (altruísta) como por el hecho de no ver solución, pero repito, sí la tiene, aunque no la lleguemos a ver nunca, hay que vivir el momento y no perder la fe (el que crea) y el que no, pues tiene mala solución esto, porque si no crees en nada tienes un problema, creo yo.
en said:
Resumiendo: La tristeza intrínseca esa una carencia de la visión completa de una situación. O la visión parcial de algo. Si entendemos por visión completa todas las dimensiones de la cosa.
en said:
Me ha encantado el artículo y el debate que ha generado.
Destaco varias cosas:
1- La expresión dual de la manifestación en este plano existencial.
2- La integración de la dualidad que se expresa en frases como; “ser como era cuando no era” o “muero porque no muero” son imposibles de entender con nuestro pensamiento racional porque este funciona en la dualidad. El intelecto, para mí, es como un ordenador que nos ha sido dado para manejarnos en los asuntos prácticos de esta dimensión material, pero no para resolver los asuntos espirituales-amorosos. Uno deliberadamente el amor y la espiritualidad porque para mí es lo mismo. Me refiero al amor sublime o amor divino en contraposición al amor humano, siendo este último el amor divino encerrado en un Yo virtual, que no por ser virtual deja de ser una experiencia intensamente real.
3- “Ser como era cuando no era” Soy cuando estoy en este mundo material. No era cuando no estaba en este mundo material. Para mí significa llevar el mundo material al mundo espiritual, espiritualizar la materia. Esta es la experiencia sublime del acto físico amoroso cuando este se produce trascendiendo el amor humano para alcanzar, aunque solo sea unos instantes, el amor sublime o divino. Y vivida esta experiencia ya solo queda el “muero porque no muero”. Me desgarro, muero en vida porque no puedo alcanzar el éxtasis de unión con el amado de forma permanente como ocurriría si muriese de verdad.
4- Si se ha tenido la suerte de vivir esa experiencia de amor sagrado o sexualidad sagrada, imagino que tristeza, melancolía, vacío, dolor…en fin, una gama amplia de sentimientos surgen al volver al mundo dual, de la materia, del Yo. Inevitable experimentarlos porque es parte del juego de la dualidad. No hay Yin sin Yang, estos están en continuo movimiento y se convierten el uno en el otro y el otro en el uno constantemente. Pero por otro lado, si la experiencia de amor sagrado ha generado tristeza y melancolía al regresar al mundo dual, también estos sentimientos se alternaran con sus contrarios, es decir la alegría y la ilusión.
en said:
La tristeza (del anglosajón antiguo thereostru: oscuridad) y la melancolía (melas: negra y kholis: bilis, que era uno de los cuatro humores cardinales) no son nunca ni malas ni buenas, simplemente forman parte de la sedencia del Hombre (la mal llamada esencia). No nos queda otra que aprender a con-vivir con ellas y sufrirlas con elegancia (sub ferre: llevarlas por debajo) . Además, mucha gente que nos rodea nos quiere y necesita de nuestro cariño.Y Dios nos está esperando. Asi que animo!!! P.D: mi padre fallleció el 8 de abril. No hablo por hablar,
en said:
La nostalgia es el echar de menos, el no estar en aquel abrazo, el no sentir la mano de una madre, el beso de un ser amado, la nostalgia es poder volver a tenerlo o quizás no.
La tristeza es el haberlo perdido para siempre en este plano, el ya no poder volver a besar o acariciar ni la mano, ni el alma de algún ser al que amamos de alguna manera.
en said:
No sé cómo era cuando no era 🙂 … sí que en algunas experiencias se produce un instante santo, el recuerdo del verdadero Ser, la experiencia cuando se trasciende el plano de la forma (en el que la identificación es con un cuerpo, el mundo dual, cuerpos separados, mundo de efectos) y el único deseo que permanece íntegro es la Voluntad = Amor = Eternidad = Verdad = Ser. El Ser no actúa, en realidad el “hacer” es ajeno al Ser. Desde este plano no existe la acción, da igual lo que el cuerpo haga, observas la acción sin reivindicar el sujeto que actúa. Es una elección de darme a este momento, es estar en los brazos de Dios.
Quién experimenta tristeza? El “personaje” programado por el ego pues solo un poder “falso/ilusorio” necesita imponerse. El Amor no se nos puede imponer, pues ya es. La tristeza puede no ir ligada a un acto exterior o a una imagen pero sí que creo que es un despropósito de vivirnos en este mundo, pues el sufrimiento solo tiene sentido desde una programación dual. “La tristeza de dejar de ser como eras cuando no eras” es, para mi, el sentimiento de la culpa inconsciente por habernos separado de Dios (abandono del Amor). Y esto, es un juguete que hemos echado a andar desde que aparecimos en este mundo y aquí el juguete está sucediendo en la constante polaridad culpa – miedo.
Gracias por recordarme que soy amor, que eres amor, que somos uno, que no eres “otro” ahí afuera separado de mi, sino un punto de conciencia que me recuerda que mi personaje puede volver a elegir a cada instante desde dónde me quiero experimentar, si desde el amor ó desde el miedo programado por el ego. Gracias!
en said:
Sin duda alguna , es una reflexión objetiva y certera . Cualquier sentimiento o reacción , emana de mil situaciones de lo mas dispar . Pero que duda cabe , que la tristeza en si , es tan cruel como necesaria . Un sentimiento tal , que no solo emana de nuestro interior , sino que exterioriza en un sentir que nos apaga y ahoga en nuestro propio interior, una sensación de perdida , al mismo tiempo que una necesidad clara de lo que se añora . La tristeza sirve como experiencia , muestra aprendizaje, valores , y ante todo , nos esseña . Ya que solo tiene cabida la tristeza cuando esa ausencia ha dado todo de si, y ha sido correspondida desde nuestro interior . La tristeza es necesaria , enseña a valorar , mantiene firme a ido aquello ir no merece ser olvidado . Y de alguna manera , llega a mostrarnos la vida desde diferentes perspectivas , desde esos ojos que por episodios vividos , aprenden a mirar , a comprender y a valorar lo que es la esencia de la vida . Tal vez para conocer la felicidad plena , es necesario sentir lo ofrece ese espacio de la cara opuesta .
en said:
Sin duda alguna , es una reflexión objetiva y certera . Cualquier sentimiento o reacción , emana de mil situaciones de lo mas dispar . Pero que duda cabe , que la tristeza en si , es tan cruel como necesaria . Un sentimiento tal , que no solo nace de lo mas profundo , sino que se exterioriza en un sentir que nos apaga y ahoga en nuestro propio interior. Una sensación de pérdida , al mismo tiempo que una necesidad clara de lo que se añora . La tristeza sirve como experiencia , muestra aprendizaje, valores , y ante todo , nos enseña . Ya que solo tiene cabida cuando esa ausencia ha dado todo de si, y ha sido correspondida desde nuestro interior . La tristeza es necesaria , enseña a valorar , mantiene firme a todo aquello que no merece ser olvidado . Y de alguna manera , llega a mostrarnos la vida desde diferentes perspectivas , desde esos ojos que por episodios vividos , aprenden a mirar , a comprender y a valorar lo que es la esencia de la vida . Tal vez para conocer la felicidad plena , es necesario sentir lo que ofrece ese espacio de la cara opuesta . Nadie añora , ni llora , ni lamenta , ni se siente atrapado por la tristeza , si en algún momento no ha vivido momentos diversos colmados de plenitud.